Conocer, acercarnos y apoyar a instituciones de nuestra comunidad con las que hasta ahora no habíamos tenido la oportunidad de trabajar, fue uno de los desafíos que nos trazamos meses atrás. Así fue como conocimos al Instituto de Buena Voluntad (IBV), una iniciativa que busca asegurar que tanto jóvenes como adultos con vulnerabilidad bio-psico-social, accedan a un proyecto educativo-laboral-recreativo que les permita alcanzar una inserción laboral y social.
Tras reunirnos con el equipo de trabajo de la institución, encabezado por su directora Ma. Noel González, desde la empresa comenzamos a planificar acciones que se alinearan con su realidad y pudieran responder a alguna de las necesidades conversadas. Cabe precisar que, en este marco, el año pasado donamos una serie de objetos que resultaron de gran utilidad en sus instalaciones (escritorios, contenedores para residuos, etc.).
En este primer mes del año concretamos la segunda acción planificada: confeccionar kits de útiles escolares para entregar a los más de 100 jóvenes y adultos que diariamente asisten al instituto. Una iniciativa que entendimos podía resultar de gran valor para sus momentos de recreación y para muchos de los talleres que imparten (arteterapia, alfabetización, diseño y confección, audiovisual, entre muchos otros).
Queríamos que esta acción, al igual que todas las que realizamos, fuera lo más sostenible posible, por ello, nos pareció una excelente oportunidad utilizar los uniformes en desuso y buen estado para su armado. ReCumple, una empresa basada en la economía circular que brinda trabajo a mujeres en situación de vulnerabilidad, fue la responsable de diseñar unas hermosas cartucheras y cuadernos con hojas de caña de azúcar, uno de los papeles más ecológicos que existen.
Completamos el kit con lápices de colores, lápices de escribir y gomas; y con gran satisfacción salimos camino al Instituto de Buena Voluntad. Luego de contarles cómo había surgido y se había gestado la propuesta, hicimos entrega de los kits a cada una de las personas que asiste al centro y entre cuentos, fotos y risas tuvimos la oportunidad de compartir una mañana diferente.
Carlos Fernández, Gerente de Personas y Sostenibilidad, equipo que estuvo a cargo de la iniciativa, está convencido que este es el camino y señala que es una gran satisfacción saber que pequeños gestos pueden hacer la diferencia e impactar positivamente en la vida de muchas personas.
A modo de cierre, el equipo de Personas y Sostenibilidad asegura que ésta es una de las varias propuestas y acciones que tienen planificadas este año para continuar fortaleciendo el vínculo y apoyando a las distintas instituciones que hacen parte de la comunidad.